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Equilibrio emocional con nuestros hijos

Sabemos que educar es una responsabilidad que exige tiempo, lo importante es cumplir nuestra misión: que es educar bien a los hijos. Es importante transmitir a nuestros hijos serenidad, sin dejar paso a la ira o al enfado por pequeñeces.

Los hijos necesitan de nuestra paciencia porque es el único modo de llegar a su intimidad; con tiempo, trato y comprensión, nos contará y, por supuesto, podremos ayudar. Así perderán el miedo, verán que la sinceridad y la confianza lo arreglan todo.

El primer paso, hay que darlo escuchando y dedicando tiempo a sus problemas que, aunque parezcan insignificante, pesan mucho para ellos. Pero si los apartamos a un lado porque nosotros sí estamos haciendo algo importante (ver la televisión, terminar un informe, descansar o cocinar), cada vez será más difícil que nos cuenten. A causa de nuestra poca paciencia estamos cerrando las puertas a su intimidad y la adolescencia cercana acabará por pasarnos la cuenta.

El mejor camino para educar con calma

Debemos corregir y aconsejar con gracia, sin hacer tragedias, dejando entrever cariño, aunque estemos serias; el castigo no es buen camino.
Hay que tomarse unos minutos o unas horas de reflexión y calma con uno mismo para corregir con amor, firmeza y ciencia pedagógica. Con paciencia podremos analizar mejor la situación y lo que nos parecía un retraso puede suponer un gran avance. Recuerda, las explosiones de ira son siempre negativas.

A continuación, te entregamos unos consejos para educar con calma

1.-Todos los hijos necesitan de nuestra paciencia, pero a veces alguno requiere una mayor atención. El sexto sentido de las mamás nos avisa cuándo y cuánto es necesario darle un poco más de tiempo con cada uno, a causa de una enfermedad, unos problemas en clase, etc.

2.-Hay muchos momentos al día para hablar con tus hijos y sería un error pretender actuar cuando existen problemas o en medio de un enfado. Es mucho más eficaz aprovechar los momentos relajados para dar un gran avance: antes de acostarse, después de comer o después de una clase de Bikram yoga.

3.-A veces, hay que provocar ciertos momentos, para tratar a los hijos. Alguna vez hará falta despejar todo un sábado por la mañana de compromisos, para acompañar al hijo o hija a jugar al fútbol. Nadie se sincera cuando lo retan… «Tienes cinco minutos para explicarme lo que te pasa».

4.-Un niño de esta edad puede estar agobiado, por ejemplo, porque le parece que todos los de su clase son más fuertes o más listos que él. O porque piensa que cae mal a sus amigos, o que, un profesor le tiene manía. Para comprenderlo, debemos ponernos en su lugar y entender que eso que nos cuenta nos preocupa, buscando una solución juntos.

5.-Nunca es conveniente castigar cuando nos encontramos irritables. Hay que ser sinceras con uno misma para reconocer, primero, que nos hemos enfadado y, segundo, dejar el castigo para otra ocasión, cuando nos encontremos más calmadas veremos el modo de decir los que nos parece la situación que nos irrito.

6.- En educación hace falta un gran sentido del humor y tendencia a desdramatizar. Hay que disfrutar con los hijos y la vida nos muestra que muchas catástrofes no eran tales.

Disfruta a tus maravillosos hijos cada día que estés con ellos, busca en ti, la paz y tranquilidad que has conseguido con tu practica de yoga. Avanzarás en tu crecimiento personal y el de tus hijos.

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